Un grupo de arqueólogos descubrió la civilización más antigua de Europa, una red de docenas de templos que datan de dos mil años antes que las pirámides de Egipto o el monumento megalítico de Stonehenge en suelo británico.
Según revela el diario británico The Independent, más de 150 monumentos gigantes, construidos entre 4.800 y 4.600 antes de Cristo, fueron localizados debajo de campos y ciudades de Alemania, Austria y Eslovaquia.
"Nuestras excavaciones han revelado el grado de visión monumental y desofisticación de aquellas primitivas comunidades agrícolas que crearon los primeros complejos a gran escala en Europa", declaró al periódico Harald Staueble, del departamento del patrimonio del Estado de Sajonia (Alemania), que ha dirigido los trabajos.
El descubrimiento revolucionará los estudios de la Europa prehistórica ya que se creía que el apetito de sus habitantes por la arquitectura monumental se había desarrollado después que en Mesopotamia y Egipto. En total, dice el periódico, se han identificado hasta el momento más de ciento cincuenta templos.
Construidos con tierra y madera, tenían terraplenes y empalizadas de más de ochocientos metros de longitud. Fueron construidos por un pueblo religioso que vivía en casas de hasta 50 metros de longitud agrupadas en aldeas y cuya economía se basaba en el pastoreo. Esa civilización parece que se extinguió después de dos siglos y su descubrimiento es tan reciente que los arqueólogos aún no le han dado aún nombre.
Durante los últimos años se han realizado excavaciones en distintos lugares, lo que ha llevado a revisar complejos similares identificados mediante fotografías aéreas en distintos lugares de la Europa central.
Los arqueólogos comienzan a sospechar ahora que algunos de esos centros religiosos monumentales, cada uno de ellos de 150 metros de anchura, se construyeron en una zona de 600 kilómetros de lo que son ahora Austria, la República Checa, Eslovaquia y Alemania Oriental.
El más complejo de los excavados hasta ahora, localizado en la ciudad alemana de Dresde, consistía en un espacio sagrado interno rodeado de dos empalizadas, tres terraplenes y cuatro fosos.
Esos monumentos representan, según parece, un fenómeno asociado exclusivamente con un período de crecimiento y consolidación que siguió alestablecimiento original de culturas de agricultores en la Europa Central.
Fuente: Diario La Tercera. 11 de Junio de 2005.